Todo el mundo ronca de vez en cuando, pero los ronquidos son habituales en el 45% de los hombres y el 30% de las mujeres.

Una causa común de los ronquidos y/o los problemas respiratorios es la obstrucción de las fosas nasales, ya sea por un tabique desviado, unos cornetes agrandados o una inflamación causada por alergias o un resfriado.

Si tiene los cornetes agrandados, la cirugía de reducción de cornetes, también conocida como turbinoplastia, puede ayudarle a resolver los problemas respiratorios.

Obtenga más información sobre las opciones de tratamiento y sobre si la reducción del tamaño de los cornetes le ayudará a respirar sin molestias.

Turbinoplastia para solucionar problemas respiratorios

Hipertrofia de los cornetes

En condiciones normales, todo el mundo tiene tres conos en cada fosa nasal. Los cornetes son pequeños huesos que sobresalen de las paredes de la cavidad nasal. Están cubiertas por una membrana mucosa y contribuyen a mantener húmeda la cavidad nasal. Los cornetes también impiden que los residuos penetren demasiado en la nariz y ayudan a controlar el flujo de mucosidad.

Al inspirar por la nariz, aproximadamente el 50% del aire que inhalamos pasa por los dos primeros cornetes, el medio y el inferior. Si uno de estos cornetes está agrandado, pueden producirse problemas respiratorios, como ronquidos mientras duerme.

Hay varias razones por las que uno o más cornetes pueden estar agrandados en las fosas nasales. En algunos casos, el agrandamiento se debe a una inflamación causada por un irritante o alérgeno. En otros casos, el agrandamiento puede ser un defecto con el que la persona nació o que se ha desarrollado a lo largo de los años.

Turbinoplastia o reducción de cuernos

Si tiene problemas respiratorios y otros tratamientos no le han ayudado, la turbinoplastia o reducción de cornetes puede ser una opción para usted.

Por lo general, la cirugía para reducir el tamaño de los cornetes se realiza después de que tratamientos como los aerosoles nasales y la medicación para la alergia hayan hecho poco o nada para ayudar a reducir los ronquidos.

 

Existen tres métodos principales para realizar una reducción de cuernos. Cada opción varía en términos de invasividad y de lo que realmente hace para cambiar el tamaño o la forma de un cono.

En una turbinectomía, el objetivo es reducir el tamaño real del cornete afectado. La técnica puede consistir en afeitar el cuerno agrandado para reducir su tamaño o extirparlo por completo.

A menudo, la turbinectomía se realiza con un endoscopio, o pequeña cámara, que permite al cirujano ver el interior de la cavidad nasal sin tener que hacer una gran incisión ni abrir toda la nariz.

El objetivo de una turbinoplastia es ligeramente diferente al de una turbinectomía. Mientras que la turbinectomía corta el tejido, la turbinoplastia trata de cambiar la forma o la posición del cornete problemático. El cirujano también puede afeitar parte del cuerno al recolocarlo.

La turbinectomía y la turbinoplastia se realizan bajo anestesia general.

Una tercera opción para la reducción de cuernos es bastante menos invasiva que las dos primeras. La técnica reduce el tamaño del cuerno cauterizándolo con un haz de energía láser o de radiofrecuencia. La ablación de los cornetes por radiofrecuencia o láser puede realizarse con anestesia local.

Recuperación y resultados

La recuperación inicial de la reducción de cuernos suele durar aproximadamente una semana. Lo más probable es que el cirujano le recomiende que evite el ejercicio y otras actividades extenuantes durante varias semanas hasta que la nariz haya tenido tiempo de curarse. Inmediatamente después de la intervención, es posible que sienta la nariz más congestionada y bloqueada que antes. Esta sensación suele desaparecer al cabo de unos días.

Los resultados suelen ser bastante duraderos. Tras una técnica de ablación con láser o radiofrecuencia, muchos pacientes experimentan una mejoría de sus ronquidos que dura unos dos años. Tras una turbinectomía o turbinoplastia, muchos pacientes observan resultados más duraderos.